Una rosa pintada de azul es un motivo,
una simple estrellita de mar es un motivo,
escribir un poema es fácil si existe un motivo.
Y hasta puede crear mundos nuevos de la fantasía.
I. Pizzolante

Desde siempre y para actuar, la humanidad ha necesitado de un motivo que le lleve a hacer y a no hacer. Esta afirmación es indiscutible: hasta un acto reflejo defensivo inconsciente, automático… ¡responde a una motivación!

Para hacer: hay que tener un motivo -una causa- que impulse a proceder para lograr lo necesitado. Para no hacer: hay que tener una razón que lleve a eso, pues puede que sea contraproducente hacer algo diferente.

Si lo afirmado inicialmente es cierto, también lo es que no hacer es un modo de hacer y esto pide ser aclarado; para eso basta considerar el caso de un médico que no haga lo que le toca hacer y por ello devino lo indeseable: una complicación o la muerte. Lo que hizo (no hacer) se denomina “desidia”; es decir: hizo omisión procedimental, omitió lo que tenía que hacer. Entiéndase: no puede decirse que no hizo y por haber devenido lo adverso que se presentó (por hecho “descuido”), ha de responder (civil, penal y/o profesionalmente) por negligencia (falta de aplicación).

Entender lo expresado antes lleva a comprender y a convenir que surge responsabilidad por hacer y por no hacer.

Ahora bien, ¿qué es “responsabilidad”? Lo primero a comunicar es que tal vocablo deriva de la palabra “responsibility”, término compuesto por dos dicciones: “response” (en español: respuesta) y “ability” (hábil, estar facultado). Partiendo de esta premisa, se acepta que responsabilidad es la cualidad de “hallarse habilitado para responder por lo que se hace o se deja de hacer”.

Entonces, si esto es así, ¿quiénes son “irresponsables”? La respuesta es sencilla: irresponsables son los locos y los menores de edad; ellos son los únicos personajes no responden por lo que hacen ni por lo que dejan de hacer. Tod@s las demás personas son responsables de sus actuaciones (vale repetir: de lo que hacen y dejan de hacer): no hay escapatoria y a la primera que se debe rendir cuentas es… ¡a la conciencia individual que es el sentido moral y ético propio de cada persona respecto del bien y del mal que le permite auto-enjuiciar sus actos!

Esta introducción tiene una justificación incuestionable: ante todo inconveniente se ha de asumir la realidad existente, pues no hacerlo es algo sumamente peligroso; se cae en fantasía; es decir: en una situación irreal. ¿Adónde lleva encarar una fantasía en vez de asumir la verdad? Fácil: hacia lo indebido. Algo diferente es partir de la fantasía cuando ésta es la que lleva a que en el magín surja la imagen fantástica, maravillosa, que hace visualizar lo mejor, lo deseable. Eso que se llama “visión” y que ha de activar la “misión” (tarea) a cumplir: abatir lo inconveniente, sustituyéndolo por lo soñado, lo ideal. Para esto hay que establecer las ”metas” a alcanzar y rebasar para poder concretar el logro del “objetivo” (también conocido como “propósito).

Al plantearse el inconveniente y hacerle frente como la verdad que significa, sólo queda una salida: analizar todas sus facetas (causas y consecuencias), junto con las características de su interioridad y de su entorno, pues hay que solucionar totalmente la situación problemática en aras de evitar su perpetuación para así impedir las complicaciones que derivan de ello. El remedio no son paños tibios ni puede ser peor que la enfermedad.

Imaginemos una organización, una empresa, un equipo deportivo, un país, etc., en donde haya algo que no conviene, Las personas y los sistemas de detección (basándose en el resultado de lo que acontece y los indicadores de toda índole) han detectado la problemática y ésta da el motivo para encaminar las acciones conducentes hacia la solución. El motivo es lo que causa que se proceda a hacer lo necesario; en otras palabras: da lugar a un accionar, una respuesta, un comportamiento.

“Comportamiento” es una palabra que procede del latín comportare, compuesta por las raíces “com” y “portare”, donde la primera significa “junto con” y la segunda expresa “llevar, portar”); A la sazón, es la conducta -consciente: voluntaria, intencionada; o inconsciente: involuntaria, automática- que se realiza con un cometido específico. Por lo implicado, lo que está en riesgo dentro de lo tratado aquí, el comportamiento correspondiente ha de ser un proceder asertivo, acertado, eficaz y eficiente, pues es mucho lo que está en peligro y toca anticipar lo que vendrá (que puede entrañar una responsabilidad inmensa).

Esa peligrosidad es la motivación que causa -y explica- lo que se debe hacer para erradicar (sacar de raíz) lo que provoca la problemática que ha de quitarse del medio totalmente.
Para lograrlo, hay que dimensionar el inconveniente, percibiéndolo como tal, para poder realizar correctamente todas las acciones que lleven a solucionar la situación desgraciada existente, entendiendo que para esto no tiene cabida la “tibieza” (ésta equivale a “mediocridad”) y que ante tal causa motivante hay que asumir el debido comportamiento ¡con guáramo corajudo e impulsador! ajustadamente comprometido con la cristalización de lo necesariamente imprescindible.

¿Comprometido? Sí, pues debe haber el compromiso (con-promesa) que a cada quien le toca contraer consigo mism@ y con sus relacionad@s a manera de inmenso pacto silente auto-asumido que ha de hacerse percibir desde la profundidad personal, de lo íntimo, de lo esencial.

Sí, ese tipo de compromiso de cada un@ de l@s implicad@s tiene que mediar en tod@s; ése que nace del auto-convencimiento de la necesidad del golpe de timón que cambie el rumbo hacia más, hacia lo grande, hacia el crecimiento y el desarrollo de lo mejor, sin dar espacio a l@s “compromisari@s” (personas con el rol de representar a otr@s quienes les confían la solución de un conflicto), ya que todo problema, todo inconveniente, debe ser manejado idealmente “en primera persona” y esto sólo es posible cuando cada implicad@ concibe que es protagonista de excepción y que le salpicará adversamente lo peor si procede con desidia, con dejadez.

A veces, por infinidad de inconfesables, lo inconveniente se prolonga, pero… suele verse que llega el momento donde hay que definir el destino y es la oportunidad para hacer responsablemente -de manera directa- lo que se debe hacer: cambiar -sin reposar, con ahínco- el curso de lo que ocurre. Esto es muy importante.

En conclusión, se necesita inteligencia, tenacidad y sagacidad prudente para concebir la estrategia con todas las tácticas que -como está perfectamente detallado en “El Arte de la Guerra” (libro del General chino Sun Tzu)- deben diseñarse e implementarse en todos los frentes, cubriendo todos los flancos, de manera ordenada, gradualmente y en la secuencia correcta, siendo cumplidas apropiadamente por quienes están implicados en la solución y les toca actuar colaborativamente (co-laborar: laborar conjuntamente), estando perfectamente alineados y comprometidos, acatando siempre lo dictado por los ejes éticos y morales… ¡hasta el final!

Amigo empresario, existen organizaciones muy bien avaladas (como: P.F. Consultores, nuestro aliado estratégico) con amplísima experiencia que están dispuestas a apoyarle en su andar hacia el éxito: no dude en vincularse con ellas.
Nuestros contactos: e-mail: [email protected]; X (antes: Twitter): @genaccion; Instagram: @gerenciaenaccionve; Facebook: gerenciaenaccionvzla; y Whatsapp: 58424 411 5051.

Escuche el microprograma “Gerencia en Acción”, de lunes a viernes a las 12:45 PM por MAX FM 92,9 o por www.maxfm929.com

 

¿Quieres recibir nuestros titulares diarios, matutinos y vespertinos?
Puedes unirte a nuestros canales
Telegram: https://t.me/titularesec
WhatsApp: https://goo.su/KWjI
O si prefieres nuestro grupo en WhatsApp: https://goo.su/Sqh8J
Con gusto te enviaremos las noticias más relevantes del día

También puedes seguirnos en Google Noticias: https://goo.su/BAb5z




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.